Las personas intolerantes a la lactosa, no pueden metabolizar adecuadamente este azúcar, debido a que su cuerpo no produce suficiente lactasa. La lactosa no absorbida es fermentada por bacterias del intestino grueso, produciendo hidrógeno y otros gases en el proceso. Por eso, es que las personas intolerantes a la lactosa sufren de flatulencias e hinchazón abdominal.
Esta patología tiene causas genéticas, y se transmite hereditariamente, pero también puede aparecer de manera ocasional, debido a enfermedades gastroenteritis infecciosas (que provoca un daño en la mucosa y microvellosidades del intestino) o la acción de medicamentos que producen daño en la mucosa del intestino, como es el caso de antiinflamatorios no esteroides y antibióticos.
Las personas intolerantes a la lactosa presentan una serie de síntomas molestos al consumir alimentos lácteos y derivados.
Algunos de ellos son:
Dolor abdominal
Retorcijones
Gases
Distención abdominal
Diarrea
Estreñimiento
Vómitos
Crecimiento lento (en niños)
La intolerancia a la lactosa además puede ocasionar síntomas sistémicos, como dolores de cabeza y mareo, pérdida de la concentración, cansancio intenso, dolor muscular y articular, alergia (prurito, rinitis) y úlceras bucales, por nombrar algunos.
Afecta mayoritariamente a adultos, aunque en casos de deficiencia congénita de lactasa, se manifiesta en la infancia temprana. En este caso, la intolerancia a la lactosa viene determinada genéticamente y está estrechamente relacionada a la raza.
Respecto a lo anterior, la intolerancia a la lactosa suele afectar más a personas de origen latino o hispano.
La intolerancia a la lactosa afecta al 56% de los adultos en Chile con ascendencia hispana, y a más del 80% con ascendencia mapuche [1].
Con respecto a la población infantil, más del 40% de los niños sobre los 11 años vive con intolerancia a la lactosa [2].
Por tanto, es un padecimiento que sufre la mayoría de los chilenos.
EXÁMENES:
El diagnóstico debe ser realizado por un médico, quien de acuerdo a los síntomas del paciente e historial familiar, determinará el tratamiento más adecuado.
1. Test de intolerancia a la lactosa: Consiste en beber altas dosis de Lactosa, y luego realizar pruebas de sangre, si la muestra arroja leve aumento de glucosa es indicativo de deficiente absorción de lactosa.
2. Test de hidrógeno o prueba de aliento: es la más utilizada, y busca comprobar un aumento de hidrógenos en el aliento tras ingerir 50 gr. de lactosa.
3. Acidez en las deposiciones: se usa más en niños, debido a que es menos invasivo que otros exámenes. Busca acidez en las heces, lo cual es indicativo de intolerancia a la lactosa.
Prolongación de la diarrea y/o los síntomas digestivos que provoca.
Aumento de la severidad de un episodio de diarrea, especialmente en niños
Deshidratación, acidosis, trastornos de los electrolitos
Desnutrición si se prolonga en el tiempo
Proliferación bacteriana en intestino delgado, en zonas donde normalmente hay pocas bacterias
Disminución de la absorción de los azúcares y otros nutrientes
Disminución de la ingesta de calcio, osteoporosis
Alteración de la calidad de vida