INTOLERANCIA VERSUS ALERGIA LÁCTEA: CONOCE LAS DIFERENCIAS
Dos términos que se confunden por su similar sintomatología, pero que poco tienen en común. Conoce ambos trastornos a continuación.

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad del metabolismo de hidrolizar la lactosa (azúcar de la leche) por déficit de la enzima lactasa en el organismo. En cambio, la alergia láctea es una sensibilidad aumentada del sistema inmunológico a las proteínas de la leche, principalmente a la betalactoglobulina y caseína (esta última no se encuentra presente en la leche materna).
Entre los factores que determinan la intolerancia a la lactosa, mal que afecta en su gran mayoría a adultos, están la herencia genética, infecciones, enfermedades gastrointestinales, cirugías y antibióticos. Mientras que la alergia a las proteínas de la leche de vaca ocurre solo por genotipo, y la población más propensa a sufrir esta afección son niños menores de tres años.
La intolerancia a la lactosa se puede diagnosticar a través del test hidrógeno espirado, sanguíneo y/o biopsia intestinal. A su vez que los procedimientos habituales para determinar la alergia a la leche son el test cutáneo, inmunoglobulina E en sangre y la prueba de exposición. Pese a que ninguna de estas dos afecciones son malignas para quienes las padecen, es importante aprender a reconocer sus diferentes síntomas. Toma nota y no olvides consultar siempre con tu médico:
Intolerancia a la lactosa
- Dolor abdominal
- Hinchazón
- Meteorismo
- Espasmos y enrojecimiento
- Diarrea
- Acidez estomacal
- Náuseas, vómitos
- Reflujos
- Dolor muscular
Alergia a las proteínas de la leche
- Erupción cutánea
- Urticaria
- Cólicos abdominales
- Picazón en lengua, paladar y garganta
- Diarrea
- Eritema en labios y párpados
- Rinoconjuntivis
- Asma
- Problemas respiratorios