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¿ALERGIA A LA LECHE O INTOLERANCIA A LA LACTOSA?

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ALERGIA A LA PROTEÍNA DE LA LECHE VERSUS INTOLERANCIA A LA LACTOSA

La alergia láctea, por lo general, compromete el sistema digestivo, respiratorio, gastroesofágico o una combinación de estos, que pueden incluso poner en riesgo la vida en caso de una reacción grave como la anafilaxia.

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Probablemente ningún otro alimento sea tan relevante para el ser humano como lo es la leche. Si lo pensamos en retrospectiva, un bebé pasa sus primeros seis meses de vida recibiendo todos sus nutrientes a través de la lactancia. Luego, durante su infancia, la leche forma parte de al menos dos de sus tres principales comidas (desayuno-cena). Ya en su adolescencia y posterior juventud, este lácteo es indispensable para mantener huesos sanos y fuertes.

Si el hábito de consumir leche se conserva en la adultez, ayudará a prevenir importantes enfermedades, como es el caso de la osteoporosis u osteopatía. Sin embargo, a pesar de sus beneficios, también existe un lado nada grato de este superalimento, se trata de dos trastornos que suelen confundirse por su similar sintomatología, pero que poco tienen en común: la alergia a la proteína de leche (APLV) y la intolerancia a la lactosa.

Alergia láctea vs intolerancia a la lactosa

La APLV es una enfermedad caracterizada por una respuesta exagerada del sistema inmune a la proteína de la leche, principalmente a la betalactoglobulina y caseína, esta última presente en la leche materna en un 30%.

La alergia láctea, por lo general, compromete el sistema digestivo, respiratorio, gastroesofágico o una combinación de estos, que pueden incluso poner en riesgo la vida en caso de una reacción grave como la anafilaxia.

En cambio, la intolerancia a la lactosa es la incapacidad del metabolismo de hidrolizar la lactosa (azúcar de la leche) por déficit de la enzima lactasa en el organismo. Al no existir suficiente lactasa, gran parte de la lactosa no es digerida, y por lo tanto pasa sin ser absorbida al intestino grueso o colon, donde fermenta, produciendo molestias físicas como gases, diarrea, flatulencia, dolor e hinchazón abdominal.

¿A quiénes afecta?

La intolerancia a la lactosa es un término del que ya estamos acostumbrados a escuchar, y cómo no, si la ciencia indica que alrededor del 60% de la población chilena con apellido hispano, y más del 80% de la población con ascendencia Mapuche sufren de ella. La prevalencia de este trastorno es en adultos y menores a partir de los dos años.

Entre los factores que determinan la intolerancia a la lactosa, están la herencia genética, infecciones, enfermedades gastrointestinales, cirugías y el uso de antibióticos.

La intolerancia a la lactosa se puede diagnosticar a través del test hidrógeno espirado, sanguíneo o biopsia intestinal.

Con respecto a la alergia a las proteínas de la leche de vaca, es una definición un tanto nueva, donde la población más propensa a sufrir esta afección son niños menores de tres años. Estudios recientes indican que cerca de un 5% de los lactantes menores de un año padecen APLV.

A pesar de ello, el pronóstico a mediano y largo plazo es favorable, dado que en la mayoría de los casos la APLV se resuelve durante los primeros años de vida.

Los procedimientos habituales para determinar la alergia a la leche son test cutáneo, inmunoglobulina E en sangre y la prueba de exposición.

Síntomas más comunes

Alergia láctea:

La alerta de esta condición comienza cuando se ven los primeros síntomas en los menores, que son:

● Urticaria
● Eritema en labios
● Párpado
● Dermatitis atópica
● Diarrea
● Sangrado en las heces
● Cólicos abdominales
● Asma
● Sibilancias

La APLV puede ser muy grave si no se trata de forma correcta y si no se sigue un plan de alimentación complementario, lejos de todo posible alérgeno (leche, yogurt, queso, etc.), especialmente en lactantes y madres en periodo de lactancia.

Malabsorción de lactosa:

Un placer al alcance de todo bolsillo, seguramente, sea un café de grano cortado con un poquito de leche, pero para quienes sufren de intolerancia a la lactosa lo pensarán dos veces antes de caer en la tentación, y esto, debido a sus molestas consecuencias digestivas que pueden incluso prolongarse por un largo tiempo. Entre ellas:

● Diarrea
● Hinchazón abdominal
● Meteorismo
● Gases intestinales
● Náuseas

Si se sospecha de padecer intolerancia a la lactosa, es importante consultar con un médico lo antes posible, para descartar el riesgo de padecer otras enfermedades de similar sintomatología.

Cómo saber si un producto contiene leche

Si al elegir un producto en el supermercado, no sabes si está elaborado con leche o algún derivado, este ingrediente se puede encontrar como:

● Suero de leche
● Caseína
● Lactosa y lactato
● Polvos de proteína
● Saborizante artificial de mantequilla o queso
● Hidrolizados
● Sólidos de leche
● Caseinato
● Lactoalbumina
● Lactoglobulina
● Proteína láctea

A tener en cuenta…

La leche sin lactosa no es apta para quienes padecen de APLV, ya que continúa conservando la proteína de la leche, siendo perjudicial para su salud.

Falta de calcio

Si bien la alergia láctea es un padecimiento individual, las repercusiones afectan a todo el núcleo familiar debido a la necesidad de comenzar a preocuparse por suplir el déficit de calcio de estos pequeños pacientes, tras el cese definitivo de su principal fuente, la leche.

Es natural que luego de diagnosticada la APLV en el menor, los padres comiencen a buscar alternativas a la leche, como por ejemplo, bebidas vegetales (coco, soya, arroz, almendra u otra). No obstante, la recomendación es evitar su uso en menores de un año, por no cumplir con los requerimientos nutricionales básicos del niño.

En estos casos, lo mejor es consultar con su médico tratante (gastroenterólogo, pediatra, inmunólogo), quien indicará el mejor tratamiento a seguir con suplementos de calcio y vitamina D, de este modo se evita el déficit de calcio, que puede traer serios problemas a futuro.

Para conocer más sobre suplementos de calcio y vitamina D, visita:

También, te invitamos a descargar nuestro folleto informativo elaborado en conjunto con Elcal D sobre las principales diferencias y recomendaciones de la APLV y la intolerancia a la lactosa.

ITACrack

Fuente:

  • Misselwitz B, Butter M, Verbeke K, et alUpdate on lactose malabsorption and intolerance: pathogenesis, diagnosis and clinical managementGut 2019;68:2080-2091.

    https://gut.bmj.com/content/68/11/2080
  • Eur J Pediatr. 2015; 174: 141-150. Publicado en línea el 26 de septiembre de 2014. doi: 10.1007 / s00431-014-2422-3

    https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4298661/
  • Andrómaco, diciembre (2019). Intolerancia a la lactosa y alergias a las proteínas de leche de vaca.

  • Adaptación contenido generado por Alexandra Ancalaf M., agencia digital de comunicaciones Animal Creativo, para Grünenthal Chile.